Los roles de género y la falta de implicación de población femenina en las investigaciones en salud mental, perpetúan un diseño incompleto de trabajo, en el que parte de las personas que se identifican como mujeres no se ven representadas. La dimensión de género ha estado excluida de las cuestiones relacionadas con la salud mental, incluso hoy en día esta perspectiva está a menudo ausente en las investigaciones, (Castells & Castells, 2010) de hecho, el 74,1% de los trabajos de psicología no tienen enfoque de género (Bravo, 2007).
El género ha sido calificado como un determinante crítico para el bienestar y la salud mental desde diversos organismos públicos como la OMS, lo que ha desembocado en el establecimiento de políticas sociales y sanitarias específicas y enfocadas a este concepto (Dusenbery, 2017; Liu & Mager, 2016).
Podemos observar las consecuencias de la asimilación de estereotipos de género femenino, tanto a nivel psiquiátrico como psicoanalítico, influyendo así en la cimentación patológica de la femineidad (Brickman, 2004).
Aquellas características que la sociedad, influida por los estereotipos de género, ha categorizado como inadmisibles, influyen de manera directa en los criterios de diagnóstico psicológico. Dentro de este marco de comportamientos inaceptables, las mujeres son más condenadas y juzgadas por ellos que los hombres, creándose mayor limitación y control hacia ellas (Sáenz-Herrero et al., 2021). De la misma forma, comportamientos y patrones vinculados culturalmente a los hombres, son entendidos como normales o maduros, mientras que los asociados a las mujeres suelen entenderse como inmaduros, sesgando así las teorías acerca de la conducta del ser humano (Shaw & Proctor, 2005).
En esa línea se aduce que, la forma en que hombres y mujeres exteriorizan su malestar psicológico, así como las diversas habilidades utilizadas con el objetivo de paliar las necesidades de atención psicológica, se encuentran condicionadas por los estereotipos de género configurados a partir de variables socio-culturales (Montero et al., 2004).
¿Qué estereotipos de género has interiorizado sin apenas darte cuenta? ¿Qué creencias mantienes basadas en estereotipos de género?